Paúl, Santo Antao, Cabo Verde. Desde Ponta do Sol hay un camino adoquinado que bordea la costa hasta la pequeña población de Fontainhas. El trayecto es de lo más vertiginoso: a la izquierda la pared de la montaña; a la derecha acantilados hasta la costa donde el mar bravo de estos días ruge con fuerza. Y el camino sigue, aún más estrecho, hasta otra población todavía más perdida y aislada: Corvo.
Uno no para de preguntarse: ¿qué es lo que mueve al ser humano a establecerse en lugares tan recónditos e inhóspitos? ¡Tanto trabajo para hacer la carretera! ¡Tanto esfuerzo para ir y venir desde Ponta do Sol para comprar víveres! ¿No habría sido más práctico quedarse allí?
Uno no para de preguntarse: ¿qué es lo que mueve al ser humano a establecerse en lugares tan recónditos e inhóspitos? ¡Tanto trabajo para hacer la carretera! ¡Tanto esfuerzo para ir y venir desde Ponta do Sol para comprar víveres! ¿No habría sido más práctico quedarse allí?
Vista de Ponta do Sol
A George Mallory en una ocasión le preguntaron por qué subir al Everest. Su respuesta fué: Porque está ahí!!
ResponderEliminarNo sé si esa misma respuesta cabe aquí...
Saludos.