sábado, 26 de mayo de 2012

El norte Atlántico de Martinica

Le Robert, Martinique. Después de pernoctar en el pequeño pueblo costero de Le Carbet, donde, por cierto, Cristóbal Colón tomó tierra como primer occidental en la isla en 1502, me dirijo de nuevo por la carretera interior hasta las faldas de la Montagne Pelée, el volcán asesino (foto arriba). Allí, en el florecido pueblo de L'Ajoupa-Bouillon, aparco el coche y me adentro a pie por el sendero botánico de Les Ombrages. La vegetación es exuberante, y los riachuelos transcurren cristalinos y caudalosos hacia el valle. Aquí y allá crecen los fabulosos banianos, o banyan trees, un árbol de la familia del ficus presente en todos los trópicos, cuyos troncos y raíces retorcidos son fuente de inspiración para cualquier fotógrafo que se precie.


Siguiendo por la carretera hacia la costa, me encuentro con la primera de las numerosas destilerías antiguas de caña de azúcar y producción de ron de la isla: la Plantation Leyritz.

La historia de Martinica se encuentra fuertemente ligada a la caña de azúcar y a la elaboración del ron. Desde el siglo XVII, la isla fabrica uno de los mejores rones del mundo, el guildive, como lo llamaban los franceses de aquella época. Esta, la Plantation Leyritz fue una de las más importantes destilerías de la isla. Creada en 1700, tenía 8 ha de cultivo, destilería, azucarera, molino de agua, habitaciones de los esclavos y, claro está, la casa del patrón (foto de arriba), donde en 1976 tuvo lugar una reunión entre Giscard d'Estaing y Gerald Ford acerca de la crisis mundial del petróleo, que les llevó a firmar un importante acuerdo seguramente bajo los efectos del precioso destilado.

El tiempo se me echa encima y no sé qué hacer ¿tiro ya para el sur o sigo hacia el norte por la carretera de ida y vuelta hasta el pueblecito costero de Grand-Rivière, rodeado de acantilados? Aplico aquello de "ahora o nunca" y opto por lo último. Allí, como perdido en el fin del mundo, aparece el pequeño pueblo, con sus playas de arena negra y sus barcas de pesca. Desde aquí, los antiguos indios caribes se comunicaban vía marítima con la vecina isla de Dominica. También desde aquí salían despavoridos los disidentes franceses del régimen de Vichy del general Robert durante la segunda guerra mundial, en busca de asilo político en la vecina isla inglesa.

OK, ahora sí: dirección sur por la costa hasta el fabuloso Fond Saint-Jaques...pero esto será mañana.

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