Ya estoy aquí, de vuelta, en te fenua, la tierra de Tahiti. Es viernes por la mañana. Como siempre, y a pesar del cansancio, me despierto muy pronto, si es que se puede decir que esta noche he llegado a dormir en algún momento. Los gallos comienzan su fiesta particular por allí las 3 de la madrugada, signo inequívoco de que me encuentro en Polinesia, por si mi mente víctima del jet-lack tenía alguna duda.
Salgo a la terraza del hotel y contemplo la silueta de Moorea con sus impresionantes picos surgiendo del mar. Es el alba. El aeropuerto está en calma. Me quedo horas contemplando el paisaje y respirando ese aire perfumado de tiaré.
Sale el sol. Mi amigo Nico Onuu me llama por teléfono para darme la bienvenida. Maeva Xavier! Viene de acompañar a su padre al aeropuerto y me ha visto desde el coche haciendo fotos en la terraza. Me comunica que ha conseguido tickets para la noche del 22 de Julio, la nuit des lauréats, la noche de gala del Heiva, el acontecimiento estrella de las fiestas y cuyas entradas se agotan con 6 meses de antelación.
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