jueves, 12 de enero de 2012

Mindelo

Barcelona. Quedan solo 11 días para regresar una vez más a mi Cabo Verde querido.

Pero esta va a ser una aproximación diferente. Anteriormente mis estancias en el archipiélago habían durado un promedio de una semana. Demasiado poco para adentrarse en la realidad del país. En esta ocasión van a ser cinco semanas. Además, aprovechando que dispongo de tiempo, esta vez pasaré un tiempo en las islas menos concurridas como Brava, Fogo y Maio, aparte de São Vicente, donde coincido por carnaval, y Santo Antao. También visitaré unos pocos días Santiago y Sal. En total, 7 de las 9 islas habitadas del país.

Y digo que va a ser diferente porque llevo estudiando la lengua local, el kriolu, desde hace tres años, para poder meterme de lleno en el día a día del país. Nadie aprende kriolu ¿para qué? si total, lo hablan cuatro gatos, y con el portugués ya te entiendes. Pero 
cuando te aproximas al habitante en su propia lengua ocurren cosas diferentes, sobretodo si esa lengua no la habla nadie fuera del país. No les cabe en la cabeza. Directamente les caes bien y te abren todas sus puertas. 

Y para mas inri, mi "pack" de aproximación al país también incluye tres meses de lecciones de cavaquinho, esa guitarra pequeña de 4 cuerdas tan arraigada a la música caboverdiana.

Ya os contaré qué resulta de todo esto.

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