Morondava, Madagascar
Madagascar es un país muy extenso, y si uno dispone de relativamente poco tiempo para conocer sus rincones, hay que coger vuelos internos obligatoriamente. Hoy, de buena mañana, unas avionetas nos transportan desde la capital Tana hasta Morondava, a 370 km SW, un trayecto que en coche nos hubiera llevado 12h.
Las primeras vistas aéreas son las de las casas de la capital mezcladas con campos y campos de arroz:
Durante el vuelo se aprecia bien la terrible erosión que padece esta isla, fruto de una deforestación feroz e incontrolada. Realmente da la impresión de que el país está siendo “lavado” por las lluvias y su tierra arrastrada hasta el mar por los ríos.
Al acercarnos a Morondava, capital de la región de Menabe, se divisan los primeros baobabs desde el aire, cual parque eólico:
Al llegar a Morondova, nos encontramos con un aeródromo sitiado por militares. Tras ganarme su confianza con una broma, el "no-foto please" se transforma en todo un posado.
Una vez en el hotel de Morondava, el Palissandre, más militares por todas partes, incluso en la arena de la playa. Qué curioso, no sabía que el país estaba tan mal. Pero pronto averiguamos qué pasa: el presidente del país, de nombre impronunciable (un tal Hery Rajaonarimampianina) y varios de sus ministros vienen precisamente hoy a comer al restaurante del hotel. Vaya casualidad la nuestra! Así que empezamoss nuestra comida en la terraza y cuando íbamos por los postres vemos que comienza el movimiento de gente: ha llegado el presidente. ¿Y qué es lo primero que hace antes de sentarse en su mesa? Saludarnos uno a uno, darnos la mano, e interesarse por nuestra procedencia. Parece un tipo simpático, pero a saber cómo gobierna este país.
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