jueves, 2 de febrero de 2012

Maio

Vila do Maio, Maio, Cabo Verde. No he entrado con buen pie en esta isla: estoy medio griposo, llueve, y el pueblo, por ahora, me resulta poco atractivo. Para colmo, la gente aquí es muy recelosa con el turista, con lo que hay muy poca interacción.

Llegué a Maio ayer, con el vuelo que une la isla con Praia tres veces por semana. El cielo sigue gris y encapotado. Los esperados colores verdes turquesa de sus aguas y la arena dorada se mezclan en un envolvente tonalidad plateada, insípida.

Me hospedo en Casita Verde, un chalet que una señora alemana, Elizabeth, ha convertido en pensión con dos habitaciones. El lugar es agradable, pero queda algo lejos del centro de la Vila y de la playa.

Maio es la tercera y última de las “islas de arena blanca” por turistificar. Primero fue Sal, donde el turismo transformó totalmente el sur de la isla. Luego vino Boa Vista, en la que italianos y españoles siguieron haciendo grandes atrocidades. Ahora le toca el turno a Maio. Y ya se comienza a notar: complejos horrendos, casas a medio construir, nidos de 180 apartamentos en medio de las salinas, y personajes europeos, un poco “outsiders”, que confían en encontrar aquí la solución a sus problemas.

Hoy no tengo un buen día para seguir escribiendo, y Maio no tiene la culpa. Así que mejor termino aquí este post, en espera de un tiempo y humor mejores.

2 comentarios:

  1. Viendo imágenes de antaño de lugares hoy pasto del turismo masivo y agresivo comprendes la estupidez del hombre y su codicia.
    Te dejo parte de un documental (sin voz)de Dr.Harry B. Wright "Passage to Polinesia" en:

    http://thebloodyjukebox.blogspot.com/2012/02/imagenes-para-el-recuerdo-polinesia.html

    Filmado en los años 40. Quizás ya lo conozcas...

    Mejórate!!

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Chris...hoy me he bañado en el mar, o sea que, buena señal!

    ResponderEliminar