miércoles, 27 de junio de 2012

Viñales

Pinar del Río, Cuba. Al oeste de la isla de Cuba se extiende la Provincia de Pinar del Río. Región tabaquera por excelencia, el lugar es de una belleza extraordinaria.

La primera vez que llegué a Pinar del Río fue con una excursión de un día organizada desde La Habana. El paquete incluía una visita a una fábrica de puros. Todavía recuerdo el impacto que me produjo entrar en la sala de producción. Allí habrían unos 30 trabajadores o torceadores, cada uno detrás de su pupitre, elaborando puros manualmente bajo la supervisión de un jefe subido en un púlpito que recitaba pasajes de la revolución cubana. 
Recuerdo sus caras de sufrimiento y angustia. 

Una de las chicas se fijó en mí y me hizo señas, indicándome que me acercara, disimuladamente, sin que nos viera el patrón. Cuando acudí, en voz baja y prácticamente sin mirarme, me suplicó ayuda, literalmente que la rescatara de aquella situación. Me pasó un papelito con su nombre y dirección. Sus ojos desprendían una profunda tristeza. Nunca olvidaré aquella mirada. Al llegar a España le envié dinero: era o eso, o casarse con ella. 

Cerca de la ciudad de Pinar del Río se encuentra el Valle de Viñales, en la Sierra de los Organos. Se trata de un bello paisaje lleno de misterio, en el se alternan los valles repletos de palmeras, y los mogotes, unos montículos de formación cárstica que se suceden hasta donde alcanza la vista. Realmente, valía la pena hacer los 150 km que separan Viñales de La Habana para contemplar este espectáculo.

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