Bora Bora, Polinesia Francesa. Amanece despejado delante del St. Régis. Sus inquilinos, multimillonarios, todavía duermen...y se pierden la maravillosa tonalidad crimson del volcán iluminado por las primeras luces del día.
Nosotros vamos a bucear con las mantarrayas a primera hora, para estar solos. O eso pretendíamos: efectivamente somos los únicos, pero el agua está turbia y hay una corriente importante, con lo que no vemos ni una.
Al acabar de almorzar el capitán del Faunotea pone rumbo a Punta Matira por el este, en sentido contrario a las agujas del reloj. Punta Matira queda aquí al lado, a menos de media milla, pero debido a la poca profundidad de las aguas en esta zona no podemos alcanzarla directamente y debemos circundar toda la isla. Aprovechamos para hacer una "regata" con los otros dos catamaranes que nos acompañan.
Nuestro capitán, que es un fiera, hace que se imponga nuestro barco. Mientras tanto, aprovechamos para hacernos alguna fotografía con este maravilloso telón de fondo que son el lagon y el Ote Manu.
Una vez en Matira, fondeamos en la tranquila bahía que queda frente a las antiguas instalaciones del hotel Bora Bora, primero en construirse en la isla y cerrado desde hace 4 años. Allí esperamos tranquilamente la puesta de sol.
Al oeste, el inconfundible perfil multiescalonado de Maupiti, mi querida y amada Maupiti donde hace dos años decidí afincarme tres semanas. Si os apetece, podéis pinchar aquí y de ahí a sucesivos posts para ver cómo me fue.
Nosotros vamos a bucear con las mantarrayas a primera hora, para estar solos. O eso pretendíamos: efectivamente somos los únicos, pero el agua está turbia y hay una corriente importante, con lo que no vemos ni una.
Al acabar de almorzar el capitán del Faunotea pone rumbo a Punta Matira por el este, en sentido contrario a las agujas del reloj. Punta Matira queda aquí al lado, a menos de media milla, pero debido a la poca profundidad de las aguas en esta zona no podemos alcanzarla directamente y debemos circundar toda la isla. Aprovechamos para hacer una "regata" con los otros dos catamaranes que nos acompañan.
Nuestro capitán, que es un fiera, hace que se imponga nuestro barco. Mientras tanto, aprovechamos para hacernos alguna fotografía con este maravilloso telón de fondo que son el lagon y el Ote Manu.
Una vez en Matira, fondeamos en la tranquila bahía que queda frente a las antiguas instalaciones del hotel Bora Bora, primero en construirse en la isla y cerrado desde hace 4 años. Allí esperamos tranquilamente la puesta de sol.
Al oeste, el inconfundible perfil multiescalonado de Maupiti, mi querida y amada Maupiti donde hace dos años decidí afincarme tres semanas. Si os apetece, podéis pinchar aquí y de ahí a sucesivos posts para ver cómo me fue.
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