Pano Koufonissi, Cícladas menores, Grecia
En Koufonisi me alojo en un hotel del pueblo de Stroubos, que está muy bien, pero no frente al mar. En una de mis frecuentes visitas al paseo del pueblo, me fijo en una pareja que están tomando algo, sentados en una mesa disfrutando de la puesta de sol, entre una casita blanqui-azul y el mar turquesa. Parecían estar fuera de este mundo:
Al día siguiente, vencido por la curiosidad de si ese cuarto estaría por casualidad libre, entro en el patio y me encuentro una señora griega cuidando a su nieto en la terraza de arriba. Su nombre María. No habla inglés, pero su hija Johanna sí. La llama. Le pregunto si alquilan habitaciones y me dice que sí, una, la única que tiene, esa frente al mar. Sin pensármelo dos veces le digo que me gustaría pasar una noche aquí. “Pues precisamente me acaban de anular una reserva” -me contesta. ¡Hoy debe ser mi día de suerte! Encontrar este chollo sin reserva previa, en pleno mes de Julio...En una hora ya estaba ocupando la habitación.
¡Qué afortunado! aquí, en el corazón del Egeo, en una casita de pescadores frente al mar, sencilla y agradable, qué más puedo pedir. Al igual que mis predecesores, saco la mesita y la silla y me instalo en el paseo. Dejo pasar el tiempo lentamente, saboreando los colores verdiazules de estas aguas transparentes, el movimiento de vaivén de las barcas de pesca, y las risas de las gaviotas que parecen jugar contra el meltemi, el viento local perenne del verano griego.
Mientras, ocurren cosas: un pescador acude a reponer gasoil. Un poco más y se deja el cuerpo en el salto final:
Luego, al atardecer, un joven saca a pasear su moto provocando la admiración de los niños:
La gente, al pasar, me mira con sorpresa y hacen comentarios en noruego o en sueco. “Mira qué bien se lo ha montado éste” -adivino perfectamente sin saber una palabra de escandinavo. Una alemana insiste en que quiere hacerme una foto. Natürlich!
Así que si alguna vez decidís venir a esta isla, no dudéis en alquilar este cuarto. Su precio 60€. La señora: María Skopelitou, y su hija, Johanna. El e-mail para hacer una reserva skopeliti01@hotmail.com, y el tf: +306978085105. Pedid la habitación de abajo, la que da al paseo (no hay otra). Ojo, su hermana también alquila habitaciones justo al lado (habitaciones Akrogiali), con terrazas y vistas al mar, pero no a ras de suelo, que es lo que a mí me gusta (aunque esto va a gustos). A evitar el mes de agosto: me dice Johanna que la isla se llena de italianos y que en la playa no se cabe. Nada que ver con esta foto de ayer:
Esta noche, me acerco al chill-out de la esquina (el Sorokos) y tomo un rakómelo (bebida local a base de raki, miel, canela y cardamomo) disfrutando de una magnífica y espectacular vista de la Vía Láctea.
¡Qué afortunado! aquí, en el corazón del Egeo, en una casita de pescadores frente al mar, sencilla y agradable, qué más puedo pedir. Al igual que mis predecesores, saco la mesita y la silla y me instalo en el paseo. Dejo pasar el tiempo lentamente, saboreando los colores verdiazules de estas aguas transparentes, el movimiento de vaivén de las barcas de pesca, y las risas de las gaviotas que parecen jugar contra el meltemi, el viento local perenne del verano griego.
Mientras, ocurren cosas: un pescador acude a reponer gasoil. Un poco más y se deja el cuerpo en el salto final:
Luego, al atardecer, un joven saca a pasear su moto provocando la admiración de los niños:
La gente, al pasar, me mira con sorpresa y hacen comentarios en noruego o en sueco. “Mira qué bien se lo ha montado éste” -adivino perfectamente sin saber una palabra de escandinavo. Una alemana insiste en que quiere hacerme una foto. Natürlich!
Así que si alguna vez decidís venir a esta isla, no dudéis en alquilar este cuarto. Su precio 60€. La señora: María Skopelitou, y su hija, Johanna. El e-mail para hacer una reserva skopeliti01@hotmail.com, y el tf: +306978085105. Pedid la habitación de abajo, la que da al paseo (no hay otra). Ojo, su hermana también alquila habitaciones justo al lado (habitaciones Akrogiali), con terrazas y vistas al mar, pero no a ras de suelo, que es lo que a mí me gusta (aunque esto va a gustos). A evitar el mes de agosto: me dice Johanna que la isla se llena de italianos y que en la playa no se cabe. Nada que ver con esta foto de ayer:
Esta noche, me acerco al chill-out de la esquina (el Sorokos) y tomo un rakómelo (bebida local a base de raki, miel, canela y cardamomo) disfrutando de una magnífica y espectacular vista de la Vía Láctea.
Jo m'hi vull perdre!!! siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
ResponderEliminarLlibre, café i el cap obert a nous horitzons...potser un dia hi aterro.
Pues vinga, anima't!
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