viernes, 28 de septiembre de 2012

Un domingo en Aitutaki


Aitutaki, Islas Cook. Los domingos son sagrados en Polinesia: todo se paraliza, excepto la misa. En la iglesia de Arutanga, la más antigua del país, hoy hay misa de 9:45 am. Aitutaki fue la primera de las islas Cook en convertirse al cristianismo, por allí el año 1821.

Las mujeres acuden vestidas con sus gorros blancos y los hombres vienen trajeados con camisa, corbata y... playeras. Cuando falta poco para las 9h, el pastor aparece en su moto.

La iglesia de Arutanga tampoco se libró de la fuerza del huracán Pat que arrasó la isla el pasado mes de Febrero. Su interior es un laberinto de andamios y tablas de madera. La precariedad del estado en que se encuentra hace que las misas todavía no puedan celebrarse en su interior, sino fuera, en una pequeña sala.

Antes de entrar charlo con una señora que me explica cómo vivió ella el huracán. Me dice que apareció de repente, por la noche, sin previo aviso meteorológico. Solo a las 3 de la mañana lo anunciaron por radio. Duró 45 h. Por suerte pilló a todo el mundo en casa, durmiendo. Aunque no causó ninguna desgracia personal, ocasionó enormes daños en toda la isla.


Comienza el oficio. El cura alterna entre el inglés y el polinésico. Da las gracias a Dios por "haber enviado a estos turistas al lugar más bonito del planeta, Aitutaki". Nos bendice y nos "desea las mejores vacaciones aquí, en el paraíso".

Al igual que en la parte francesa, en Cook también cantan los himenés a todo trapo, quizás incluso con más energía. Al ser tan pequeña la sala, me entra un fuerte dolor de cabeza, algo insólito en mí, y en un par de ocasiones tengo que taparme disimuladamente los oídos con los dedos porque el timbre de las señoras de mi lado es literalmente insoportable.

Una vez fuera, un grupo de chicas nos "deleita" con sus cánticos (las comillas es lo más gentil que se me ocurre poner):

Una de las muestras de cómo son de sagrados los domingos para esta raza son los numerosos carteles que se ven repartidos por toda la isla reclamando la prohibición de los vuelos en domingo. En 2009, 1300 habitantes de la isla (es decir, prácticamente toda la población adulta) pidieron al gobierno que cesase los vuelos ese día de la semana porque "la santidad del Sabbath (Domingo) es un valor más alto que el del dólar; nuestra tradición está siendo irrespetada y violada"

Y es que para un cooquiano los domingos consisten en ir a la iglesia por la mañana, y comer y descansar el resto del día: nada de juegos, las televisiones apagadas y el lagon ni pisarlo.

A pesar de la voluntad del pueblo, el tranquilo y silencioso cielo de Aitutaki hoy sigue siendo surcado por los aviones de Air Rarotonga...también los domingos.

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