Nouméa, Grande Terre, Nueva Caledonia. Para variar, amanece nublado en Maré; de hecho, hasta llovizna un poco. Este lugar (el hotel Nengone) no me ha acabado de dar el pego, incluso le he cogido un poco de manía. Creo que ha sido por culpa del mal tiempo. Por suerte, de camino a recepción para pagar y tomar un taxi al aeropuerto, una ballena hace acto de presencia en la bahía y me obsequia con un par de coletazos.Hoy toca cambio de isla. Dejo Maré, una Loyauté, para pasar unos días en Île des Pins (Isla de los Pinos), al sur de la Grande Terre. Como de costumbre, el avión debe hacer escala en Nouméa. Por suerte el enlace en la capital dura 3 h así que aprovecho y me acerco al Centro Cultural Tjibaou, a 5 minutos del aeródromo de Magenta.
El centro consta de 10 grandes cabañas de madera y vidrio alineadas a lo largo de un paseo central bordeado de pinos columnares, esta araucaria omnipresente en el territorio y símbolo del país. Ocupa 7.000 m2 y fue inaugurado en 1998. Es obra del conocido arquitecto genovés Renzo Piano, autor entre otros edificios del aeropuerto de Osaka, el centro Georges Pompidou de París, o el futuro centro de Arte Botín de Santander (previsto para 2014). Aquí el arquitecto optó por un refrito de estilos tradicionales melanesios y contemporáneos cuyo resultado final ha sido, en mi opinión, de una belleza y gusto extraordinarios.
Su interior alberga numerosas muestras de la cultura caledoniana distribuidas en diferentes salas: esculturas, pinturas, videos, etc...La visita resulta de lo más interesante.
En la entrada, una peculiar escultura, que no pasa precisamente desapercibida, te da la bienvenida por todo lo alto, como diciendo "ey...qué pasa".
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