Poindimié, Grande Terre, Nueva Caledonia. Muy cerca de Poindimié, a escasos kilómetros dirección norte, hay un río con un valle maravilloso. Es el Valle de Amoa. Tan solo entrar por el camino de tierra de la ribera norte, un fantasmagórico túnel de viejos árboles te da la bienvenida (arriba). Al otro lado queda el río manso.

A lo largo de los 10 km del trayecto monte adentro uno descubre la auténtica vida rural caledoniana: la ramadería, los prados, las plantaciones de taró, las bananeras, etc...

A la izquierda asoma siempre el pico del Amoa de 560 m de altura, coronado con una cruz.

Uno se va encontrando con pequeñas iglesias y cementerios sumergidos en un profundo silencio y misterio. ¿Qué secretos esconderán estos edificios?

Es agosto y esto es el invierno austral. El sol se pone a las 5:30, así que triste de no poder disfrutar más de este hermoso y tranquilo valle, retomo mi camino de vuelta al ecolodge.
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