James Bay, Isla Santiago, Galápagos.Tras un largo viaje desde Fernandina (Narborough), pasamos dos días en Isla Santiago (James) e islotes adyacentes: Rabida (Jervis), Bartolomé (Bartholomew) y Sombrero Chino (Chinese hat).
Santiago fue el paraíso de los piratas ingleses durante los siglos XVII y XVIII. La isla ofrecía un refugio ideal a esos terroristas (es lo que eran) desde donde planear los atracos a los buques españoles llenos de oro y plata. Por suerte les faltaba el agua dulce y al cabo de una temporada debían partir.
Santiago fue el paraíso de los piratas ingleses durante los siglos XVII y XVIII. La isla ofrecía un refugio ideal a esos terroristas (es lo que eran) desde donde planear los atracos a los buques españoles llenos de oro y plata. Por suerte les faltaba el agua dulce y al cabo de una temporada debían partir.
Una vez en James Bay, los leones marinos (Zalophus wollebaeki) nos dan la bienvenida. Santiago es uno de los pocos lugares del archipiélago donde también se observa el otro otárido de esta región, el lobo fino de las Galápagos (Arctocephalus galapagoensis).
Un sendero estratificado nos conduce hasta un lugar idílico en el que un pelícano alcatraz (Pelecanus occidentalis) parece reposar en calma hasta que repentinamente lanza una extraña picotada al aire. Se trata de un ejercicio de estiramiento de la bolsa que a menudo ejercen estas aves para mantenerla elástica. Cosas de pelícanos.
Delante, me quedo embobado contemplando las zambullidas sincronizadas de los piqueros (Sula). Una estampa que se queda fuertemente grabada en mi memoria por su singular belleza y armonía.
Este lugar parece ser el elegido por un grupo cinematográfico alemán que está rodando un reportaje sobre las Galápagos. Incluso han montado un travelling, ese rail por el que los cineastas deslizan la cámara para amenizar las tomas. La gente no se está de nada.
Un sendero estratificado nos conduce hasta un lugar idílico en el que un pelícano alcatraz (Pelecanus occidentalis) parece reposar en calma hasta que repentinamente lanza una extraña picotada al aire. Se trata de un ejercicio de estiramiento de la bolsa que a menudo ejercen estas aves para mantenerla elástica. Cosas de pelícanos.
Delante, me quedo embobado contemplando las zambullidas sincronizadas de los piqueros (Sula). Una estampa que se queda fuertemente grabada en mi memoria por su singular belleza y armonía.
Este lugar parece ser el elegido por un grupo cinematográfico alemán que está rodando un reportaje sobre las Galápagos. Incluso han montado un travelling, ese rail por el que los cineastas deslizan la cámara para amenizar las tomas. La gente no se está de nada.
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