lunes, 17 de diciembre de 2012

Los congresos

Maui, Hawai. Hoy toca presentación de nuestros pósters, asistencia a conferencias, intervius con expertos, etc...no olvidemos que hemos venido hasta Maui por trabajo.

El mundo de los congresos es de lo más curioso. En el campo de los antifúngicos, que es el que he tocado más de cerca en mi carrera profesional, resulta que vayas donde vayas, casi siempre te encuentras con los mismos ponentes. Se reparten el pastel entre una docena de "expertos", y eso incluye advisors en los Comités Científicos de las empresas, editores de revistas especializadas, chairmans, moderadores de ponencias, mesas redondas, colaboraciones, etc...Se pasan el día viajando y casi siempre hablan de lo mismo. Si se te ocurre ir a 5 congresos en un mismo año, lo más probable es que asistas a varias conferencias idénticas dadas por el mismo ponente en una especie de world-tour personal. Tienen un verdadero monopolio, y lo saben, lo cuidan, y lo defienden.

Otra de las características de los congresos es que, curiosamente, siempre se celebran en lugares idílicos: Florencia, Chipre, San Petesburgo, Istambul, Hawai, Miami, Canarias, una estación en los Alpes suizos... Barcelona!!.... lugares a donde uno iría si tuviera dinero y tiempo. Puesto que los gastos de viaje y hotel van directamente a la cuenta de "congresos" de las compañías u hospitales, muchos médicos e investigadores acaban eligiendo sus destinos por el lugar más que por el contenido. ¡Al fin y al cabo, uno va a escuchar lo mismo vaya adonde vaya!

Y es que sencillamente hoy en día hay demasiados congresos. Se ha convertido en un negocio industrial. Recuerdo que como investigador recibía numerosas llamadas al año proponiéndome asistir a este u aquel congreso, porque vendría tal premio nobel (al que los organizadores habían pagado una fortuna para que diera una charla...no de motu propio, no os engañéis...), o porque asistía un colega "al que me interesaría mucho conocer", o porque mis asistencia como experto "daría prestigio al congreso", etc...es decir, toda clase de ganchos y artimañas para que picases. Y no llamaban una o dos veces, no...¡es que no paraban! Algo así como los de Jazztel o Movistar cuando llaman a casa para que te te afilies a ellos.

Y cuando finalmente decides asistir a este o aquél, te encuentras que las compañías no exponen nada químicamente nuevo porque sus departamentos legales no les dejan decir ni mú por temas de patente. Y es más, casi siempre lo que acaban exponiendo abiertamente son trabajos y resultados en los que han dejado de invertir porque no interesan y, lo único que pueden hacer con ellos es exponerlos en congresos. Total, una auténtico despropósito.

Al final, el único interés que persiste es, en mi opinión, el intercambio de información que se produce entre los asistentes en los pasillos o durante las cenas. Para todo lo demás, tengo mis dudas.

Y hablando de cenas, esta noche es la de gala el congreso y al acabar hay un espectáculo de danza polinésica. Al menos algo que sí vale la pena.

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