martes, 6 de noviembre de 2012

Tour ornitológico por Taveuni



Coconut Grove, Isla Taveuni, Fiyi
Riiiing...son las 5:15 am. Fuera es noche cerrada. Me ducho y a golpe de linterna me dirijo a la carretera, intentando esquivar los cientos de sapos gigantes que hay en el césped del resort. Madre mía, qué asco. Hora de la cita para el bird-tour: 5:30 am.

Me encuentro sentado en medio de la carretera bajo las estrellas, y aquí no aparece nadie. Van pasando los minutos, y por fin, a las 6:00 veo unas luces. Es el 4x4 del tour, con el guía y un chófer. Les expreso que no es muy agradable tener que madrugar tanto e ir a contrarreloj todo el rato para acabar esperando media hora en medio de una carretera oscura y solitaria. Parece encajar bien el "comentario".

Nos dirigimos dirección W y luego tomamos una pista interior que nos lleva hacia la montaña. Mi guía ornitológico no tiene pinta de ser ningún "crack": no conoce la mayoría de especies, lleva una gorra roja fosforescente (un "no-no" en eso de mirar pájaros) y además no se enrolla bien con el cliente, es decir, yo.


Una vez arriba no vemos gran cosa y cuando regresamos sólo llevamos avistadas un par de especies, por otro lado, muy comunes. Le propongo volver a subir para ver si damos con al menos el tilopo naranja (Ptinilopus victor), una palomita de color naranja butano, la estrella del país, y me dice que eso me costará un extra. Y hasta aquí aguanta mi paciencia: le reprimo que esto no es ni un bird-tour, ni él es un tour-guide, que encima han llegado media hora tarde, y que no ponen ningún interés en que el cliente vea el máximo número de especies, que es de lo que se trata al fin y al cabo. El tipo reacciona y convence, de mala gana, al chófer para volver arriba de nuevo e intentarlo una segunda vez.

En esta ocasión hay más suerte. El individuo pone su máximo esfuerzo en encontrar la dichosa orange dove y por fin vemos un par, una auténtica maravilla. Y sí, en la vida hay que insistir, si no no ves palomas butanito. Ah, por cierto, hoy las fotos no son mías (¡no pretenderéis que encima consiguiera una buena foto!) así que he tirado de internet.

Ya de mejor humor, ponemos rumbo de regreso al resort. Al llegar me pide 25 FJD por la labor de guía. ¡Lo que faltaba! ya había pagado mis 50 FJD ayer por contactar el servicio y ahora me sale con estos 25 extras. Invadido por un cierto sentido-de-culpabilidad-occidental-frente-a-un-pobre-lugareño-que-intenta-sacarse-unos-dólares-haciendo-de-guía-ornitológico-sin-serlo, se los doy y le deseo buena suerte.

Tras un copioso desayuno en el Coconut, y todavía ávido de especies ornitológicas, emprendo una excursión por mi cuenta dirección SE. Pronto doy con un ejemplar de tilopo multicolor (Ptilinopus perousii), otra de las preciadas joyas ornitológicas del lugar.

Mi paseo acaba en el pueblo de Somosomo, aunque el último tramo lo hago en auto-stop. Estoy caminando mucho cada día, unos 6 km por paseo, mucho para mí.

Esta noche ceno acompañado. Skip, el turista americano del resort, esta tarde se ha hecho el valentón con su novia, se ha tirado por una cascada y se ha pegado un tirón en la espalda que lo ha dejado KO. Así que su novia Nancy y yo cenamos románticamente a la luz de las velas en el jardín del Coconut brindando por su pronta recuperación.

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