El tercer género

Papeete, Tahiti, Polinesia Francesa. Cuando uno llega a Polinesia no tarda mucho en percatarse de un hecho muy peculiar: en esta sociedad hay tres géneros bien definidos y aceptados, no dos: el hombre o tané, la mujer o vahiné, y el mahu, que en polinesio significa “afeminado”.

El mahu es una figura descrita en esta sociedad ya en el siglo XVIII, pero que debe haber existido desde mucho antes. Antiguamente el mahu generalmente era el hijo primogénito, que al pasar mucho tiempo a solas con su madre se impregnaba de una sensibilidad y educación extraordinarias. Generalmente se ocupaba de los niños y del trenzado de hojas de palmera.

El mismo Gauguin, que huyendo de la civilización y buscando una “vida entre salvajes” se estableció primero en Tahiti y luego en las Marquesas, dedicó unos cuantos cuadros a esta figura.

Cuando llegó la colonización francesa, de repente aterrizaron en estas tierras muchos, muchísimos varones procedentes del continente, con lo que la balanza se desequilibró. De alguna manera sobraban hombres, o faltaban mujeres. El mahu vio entonces una nueva oportunidad.

La versión moderna del mahu tradicional polinésico es el rae rae. Es difícil de definir qué es uno y qué es otro. Vargas-Llosa lo intentó así en un escrito tras una visita a Tahiti:Por último, deduzco que, en tanto que el mahu es el hombre-mujer de raíces tradicionales de la sociedad polinésica, el rae rae tahitiano es, más bien, su expresión urbana y moderna, más en sintonía con los dragqueen tijereteados e inyectados de hormonas y de siliconas de Occidente, que con esa delicada recreación cultural, psicológica y social, que es el mahu de la tradición maorí. El mahu forma parte integral de la sociedad y el rae rae vive en sus márgenes. En la actualidad muchos mahus ocupan cargos importantes, generalmente de atención al público: recepcionistas de hotel, coreógrafos, agentes bancarios, etc...El trato y la educación son exquisitos, y su amaneramiento muy pronunciado, mucho más que en las propias mujeres.

Si a ello sumamos que aquí muchas mujeres son más bien de complexión fuerte y hombruna, al final hasta resulta distraído intentar adivinar quién es qué.