Maupiti, Polinesia Francesa. Qué preciosidad de amaneceres, cuando las primeras luces iluminan tímidamente la roca. En el pontón, los trabajadores de la sandía se disponen a pasar un día más en los motus, donde se encuentran las plantaciones. La gente viene a comprar el pan, otros van a la mairie, otros salen a pescar. Cada día a esta hora, el pontón del pueblo es un continuo vaivén.
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