sábado, 12 de noviembre de 2011

Un modus vivendi perfecto

Rimatara, Islas Australes, Polinesia Francesa. Esta mañana he pensado que existe un modo de viajar gratis, ideal para los jóvenes de hoy en día: montando páginas web in situ.

Es una pena que yo no sepa hacerlo sino podría haber ido saltando de pensión en pensión llegando a un acuerdo con los dueños: yo te construyo (o mejoro) tu sitio web y tu no me cobras la estancia. Os aseguro que todos (TODOS) dirían que sí.

Resulta que muchas pensiones no tienen sitio web, o si lo tienen, es muy poco sexy. Es el caso de la pensión Ueue donde me alojo en Rimatara. Desde luego es mejorable. Así que como George y Claudine se están portando tan bien conmigo, les voy a ceder todas mis fotos de Rimatara y de su pensión para que mejoren su web. Lo único que les he pedido es que pongan mi nombre y no pasen las fotos a terceros. Pero estoy seguro que de haber sabido construir páginas web me hubiera salido la estancia gratis.

¿No os parece una gran idea?


Bueno, cambiando de tema. Como lo prometido es deuda, voy a dedicar unas líneas y un par de fotos al carricero de Rimatara (Acrocephalus rimatarae), el pájaro injustamente ignorado de la isla.

Como os dije en el anterior post, el ‘ura se lleva todos los alardes y piropos ornitológicos por su explosivo colorido. Pero aquí vive otra especie que también es única de la isla. El pajarillo pertenece a la familia de los carriceros, de los cuales hay varios en Europa (el carricero tordal, el común, el políglota, el de Blyth, etc...). En nuestras latitudes, se encuentran siempre en humedales, en los carrizos y en las cañas (de ahí el nombre). Aquí no. Aquí están en todas partes, desde el césped de la pensión hasta las palmeras.

Es curioso lo que ha ocurrido con los carriceros en el mundo entero. Casi todos los archipiélagos tienen el suyo propio. Así, además de las especies continentales, tenemos el carricero de Cabo Verde, el de las Seychelles, el de Madagascar o el de Rodrigues. En el pacífico hay otros tantos carriceros endémicos: el de Tahiti, el de las Tuamotu, el de las Marquesas, el de las Cook, el de Pitcairn, el de Henderson, el de Nauru, el de Guam o el de Kiritimati. Por alguna extraña razón los carriceros, y no otras familias de aves terrestres, decidieron colonizar el mundo y especiarse allí donde aterrizaron.



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