viernes, 30 de noviembre de 2012

El Yasur, el volcán activo más accesible del mundo

Tanna, Vanuatu. Poco pensaba yo que un día me sentaría en el mismísimo cráter de un volcán activo. Bueno, pues ese día ha llegado.

Amanece lloviendo. Ya me he acostumbrado al mal tiempo. Pero a la 1 de la tarde, justo antes de comenzar la larga excursión de más de dos horas que nos llevará al volcán, todas las nubes se desvanecen y aparece un sol radiante. A medio camino hacemos un alto para contemplar la grandiosidad del paisaje y la frondosidad de la vegetación. El volcán Yasur al fondo.



Al llegar a las cercanías del Titán, hacemos una segunda parada en una pista de ceniza negra. Me quedo atónito ante los rugidos del monstruo que se suceden cada pocos minutos. Me recuerdan al ruido del lanzamiento de los grandes cohetes de los fuegos artificiales, justo cuando salen de tierra, pero multiplicado por 100. Antes de que llegue hasta nuestros oídos, se puede ver la onda sonora expandiéndose a gran velocidad. Nunca antes había observado esa burbuja explotando en el aire. 




Con el jeep rodeamos el volcán pasando por lugares cuya belleza y esplendorosidad se ven potenciados por la luz vespertina. El último tramo, el de subida hasta el pie del cráter, transcurre muy lentamente por una pista en pésimo estado.



Una vez en la base del cráter, el jeep aparca junto a otros vehículos que también han acudido a ver el espectáculo. Los últimos 100 metros se recorren a pie, sin gran dificultad. Sin lugar a dudas es todo un lujo poder llegar hasta aquí en coche, y es que, tal como reivindican las guías de Vanuatu, este es el volcán activo más fácilmente asequible del mundo.

Phil, el conductor, me explica que el Yasur lleva algo más de 100 años activo y las autoridades locales han creado una escala de niveles de accesibilidad (del cero al cuatro) que permiten o no el ascenso a su cima, a algo más de 300 metros de altura. A partir de grado 3 ya no se puede visitar. Hoy está en grado 2 avanzado, así que habrá que ir con un poco de cuidado.

Estoy en el borde del cráter. Son las 5 de la tarde y el sol se acaba de poner. Cuanto más oscuro más bonito y más resaltan los fuegos del monstruo. Phil y yo nos dirigimos a la derecha del cráter. El resto del grupo sigue por la izquierda, que sube más, pero que queda más lejos de la caldera. 

Y ocurre la primera explosión. Me quedo helado, impávido, asustado de la potencia de la bestia. No se puede explicar con palabras. Las rocas incandescentes salen expulsadas a velocidades estratosféricas desde el centro del volcán y se oye como van cayendo alrededor, algunas no muy lejos de donde me encuentro. El estruendo que acompaña a estos eructos es indescriptible. El suelo, que está casi quemando, también tiembla a cada erupción. Tal es la furia del interior terrestre, un auténtico infierno.

La cosa está un poco al límite. Al principio Phil no se atrevía a llegar donde estamos, pero lo consulta con el otro guía, que parece más enterado, y nos da el OK. El día se va apagando y la luz del fuego se hace cada vez más intensa. Los estruendos se producen cada 3-5 minutos. Se me pasa por la cabeza qué pasaría si de repente uno de ellos fuera mucho más fuerte. Al fin y al cabo, esto no es un parque de atracciones sino pura naturaleza, y si a la bestia le da la gana de petar...peta.

Ayyyy... Se produce otra explosión, esta vez más fuerte. El trueno rellena todo el espacio, el suelo tiembla de nuevo, miles de rocas ígneas incandescentes salen catapultadas desde la caldera. Phil está intranquilo. Dice que ya...que regresemos...que ésta ha sido demasiado fuerte y que yo estoy muy cerca de la caldera. Yo insisto en quedarnos un poco más. Planto mi trípode y programo exposiciones de 10 segundos. Sólo así quedan reflejadas las trayectorias de las rocas al rojo vivo.

Va pasando el tiempo y el espectáculo continua. Teníamos que estar de vuelta abajo en el parking a las 6, pero como Phil es el que lleva el jeep y me ve tan entusiasmado, nos quedamos media horita más. Le pregunto si nunca ha habido algún accidente. Sí lo hubo, me dice. Hace unos años a una turista japonesa le alcanzó una de esas rocas incandescentes en la barriga y la mató. ¿Y yo por qué pregunto? ¡Ahora ya me ha entrado el canguelis! 

Decido que me da igual. Si uno de esos pedruscos me diese en la cocorota ahora mismo, ostentaría la más chula de las estelas "...y le alcanzó una roca de lava mientras observaba maravillado la furia del volcán Yasur en la pequeña isla de Tanna perdida en el Pacífico".

jueves, 29 de noviembre de 2012

Visita a un kastom village en Tanna

Tanna, Vanuatu. Una de las actividades obligadas en Tanna es la visita a un kastom village, o poblado tradicional Ni-Vanuatu. Está montado así y si no te apuntas a uno es como ir a París y perderte la torre Eiffel. Así que esta tarde voy a visitar el "magic forest", uno de los dos kastoms de la isla.

Un jeep nos lleva hasta un lugar en medio de la jungla. Nos reciben Jaick, su mujer y su hija Lyn vestidos y pintados a lo Ni-Vanuatu. Jaick nos da una explicación detallada de lo que vamos a ver.



Se trata de un recorrido por la jungla con sorpresas a lo "túnel del terror" y demostraciones variopintas (performances). Al poco rato de comenzar el paseo cuatro nativos irrumpen con lanzas gritando como descosidos y amenazándonos con signos de guerra. Nos pegamos un susto de un par...pero bueno, de eso se trata, es parte del show. De los árboles nos llegan sonidos no-identificados. Dirigimos la mirada y resulta que están llenos gente, casi invisibles por el mimetismo.

Se trata de un montaje para turistas, pero la verdad es que los tipos se esfuerzan y les acabas cogiendo simpatía. Además, resulta una ocasión que ni pintada para hacer buenos retratos. Al fin y al cabo son los modelos perfectos para el fotógrafo. Me pregunto si muchas fotos del National Geographic o de otras revistas son auténticas o están "pactadas". Fijaros en las siguientes. No me digáis que no parecen sacadas de una peligrosa y atrevida expedición por las junglas de Melanesia.




A lo largo del paseo Jaick nos va explicando las costumbres y rituales de la gente de su país. A pesar de que aquí todo esto es un show, fuera de la capital y de otras islas visitadas por los turistas, los habitantes siguen viviendo de un modo muy rudimentario y arcaico. Las mujeres van con los senos descubiertos y los hombres llevan namba, ese protegepenes también utilizado en Papúa y en las Salomon. Pero aquí los performers no llegan a tanto. Resultaría un poco bochornoso.



Lyn, la hija de Jaick, se ha fijado en mí y no me quita ojo. Su padre lo ha notado y le pide que se haga una foto conmigo. La chica tiene una expresión dulce y triste. Tengo la impresión de que se siente rara haciendo toda esta parafernalia. Jaick me da la dirección para que les envíe las fotos. Les prometo que así lo haré.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Tanna, la isla del volcán Yasur

Tanna, Vanuatu. Después de un agradable desayuno con vistas a la bahía de Erakor de Vila, un taxi me lleva al aeropuerto. En recepción, el conserje va vestido a lo tradicional, imagino que para dar un poco de ambiente.


Hoy toca isla nueva: Tanna, la isla del volcán Yasur. Situada al sur del Vanuatu, Tanna es la segunda isla más visitada del país, después de Efate. De hecho sería la primera si no fuera porque en Efate está la capital y el aeropuerto internacional.
La lista de motivos para venir a Tanna es larga y extensa. Comienza, evidentemente, con el volcán Yasur, uno de los pocos volcanes activos del mundo con un acceso fácil. Sigue con la visita a kastom villages (poblados nativos transformados en atracción turística), ceremonias kava, cultos cargo, plantaciones de café, festivales étnicos, caballos salvajes, playas de arena negra, banianos gigantes, ñames de dos metros, y, encima, está libre de malaria. Vamos, el lugar ideal para que el turista se deje sus dólares, que buena falta le hacen al país.
Los pilotos de Van Air de nuevo me conceden viajar en cabina con ellos. El avión es el mismo que me trajo a Vila desde Nueva Caledonia. Me parece que Van Air sólo tiene un avión grande...éste. 

Una en la isla, un taxi me lleva al Whitegrass Ocean Resort, un complejo con una docena de bungalows sin grandes pretensiones y con una preciosa vista al océano Pacífico. 

No hay muchos clientes y el lugar está muy calmado. Por suerte, la lista de actividades para escoger es larga. La primera va a ser la visita de uno de los kastom villages, llamado "selva mágica". Ya por su nombre se adivina que va a ser una turistada de mucho cuidado, pero bueno, al fin y al cabo es lo que soy, un turista ¿no? Mañana os explico.

martes, 27 de noviembre de 2012

Port Vila, capital de Vanuatu

Port Vila, Isla Efate, Vanuatu. Port Vila, con 40.000 almas, es la capital y centro neurálgico de Vanuatu. Más que una ciudad bulliciosa es más bien una villa tranquila, excepto cuando algún que otro crucero australiano atraca en el muelle soltando miles de turistas por sus calles.

La ciudad vive entre dos bahías, la de Vila al oeste y la de Erakor al este. Es en la primera donde se encuentra la animación, especialmente en la avenida Lini que bordea la costa. Enfrente, la isla de Iririki, sede de uno de los resorts más top del país (foto de abajo).



El submarinismo es la atracción turística número uno del país. Por toda la ciudad abundan los operadores y agencias que ofrecen la práctica de esta actividad. Yo me la reservo para el último día, cuando regrese de las islas. Me han dicho que en el norte de Efate hay un sitio muy bueno, pero ya llegará. No tengo prisa y hoy simplemente me dedico a pasear y a disfrutar de esta curiosa ciudad y su gente alegre, los Ni-Vanuatus como aquí se autodenominan.

Hablando de gente, el país tiene una población de 200.000 habitantes, casi todos Ni-Vanuatus. De sus 83 islas, 68 están habitadas, aunque la mayoría se concentra en 16. En cuanto a lenguas, Vanuatu posee el récord mundial de número de lenguas nativas per capita. Nada menos que 113, cada una con sus dialectos. Eso hace que el número de personas que hablan una lengua determinada no supere los 5.000. Para entenderse entre ellos utilizan el bislama, esa especie de inglés mal hablado y desde luego mal escrito. En las escuelas, no obstante, se aprende en inglés y en francés. Ahora hace 25 años que Vanuatu alcanzó la independencia.



Dispongo de una semana para visitar el país. He escogido esta isla, Efate, como inicio porque aquí se encuentra la capital y el aeropuerto internacional. Mañana iré a la isla de Tanna cuya atracción principal es un volcán activo, fácilmente asequible en coche. Mi tercer y último destino será la isla de Espíritu Santo, al norte. Hay muchas otras, a cual más interesante y original, pero por desgracia no dispongo de tiempo. Probablemente la más internacionalmente conocida sea Pentecost, no por su nombre sino por la práctica del nangol, esa especie de puenting con lianas atadas a los tobillos que practican sus nativos. La curiosa actividad se limita a los sábados de abril y mayo, es decir, no ahora. Os recomiendo echar una ojeada a este fantástico video que he encontrado en youtube.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Vanuatu




Port Vila, Isla Efate, Vanuatu. Solo aterrizar en Port Vila uno se percata de que ha cambiado de país, a pesar de que Vanuatu y Nueva Caledonia son geográfica y étnicamente primos hermanos. Lo primero que salta a la vista viniendo de Nouméa, una ciudad cosmopolita y colonia francesa, es una sensación de dejadez generalizada. En su favor, la gente parece haber recuperado algo de la sonrisa y la amabilidad, pero tampoco es como para echar cohetes. A la entrada del aeropuerto se lee "Welcome to Vanuatu, the happiest country in the world". No sé.

Vanuatu fue "descubierto" por los españoles, en 1605, cuando Pedro Fernández de Queirós aterrizó con sus tres naves en la isla de Espíritu Santo pensando que era la tan deseada Terra Australis. Llegó a fundar una colonia, Nueva Jerusalén, que pronto cayó en el olvido y fue recuperada por los locales. Ningún otro europeo visitaría el archipiélago hasta siglo y medio más tarde, época de los Bougainville y los Cook.


Durante la época colonial, fue un condominio medio francés medio británico con el nombre de Nuevas Hébridas. Todavía recuerdo de pequeño haberlo estudiado así. En 1980 ganó la independencia.
File:Flag of Vanuatu.svgVisitaré el territorio durante los próximos 10 días, repartidos en tres islas: Efate, con la capital Port Vila; Tanna y su volcán activo; y Espíritu Santo, donde me alojaré en una pequeña isla adyacente. Son las tres islas marcadas en el mapa:

En Port Vila es lunes, hace buen tiempo y algo más de calor que en Nueva Caledonia. Me hospedo en el Meridien, situado en un promontorio con vistas a la bahía de Erakor, en las afueras de la capital. El hotel respira un aire algo anticuado, pero tiene buen aspecto en general, especialmente esos bungalows de ahí abajo, donde no estoy yo.

A eso de las nueve me acerco el centro de Port Vila. Lo primero, comprar el billete de avión para ir a Tanna y Espíritu Santo en las oficinas de Van Air. El round-trip me cuesta 323€, un precio relativamente razonable para un total de 4 vuelos.

Port Vila, con sus 40.000 habitantes, es como un gran pueblo sucio y algo dejado. Se respira pobreza y poca higiene. Debo confesar que los olores corporales no pasan desapercibidos. Tampoco es que se vea, por ahora, esa alegría de la huerta que el país reivindica. Seguramente es por aquello de que vivir en la capital es más duro. En Papeete también ocurre algo similar. 

Me acerco al mercado y me dejo llevar por lo exótico del lugar.





Un niño luce la camiseta de La Roja. Curioso pues estamos en 2009 y España todavía no es campeona del mundo. ¿Visión de futuro? Quizás. La gente, de raza melanésica, tiene un cierto aire de aborígen australiano. Curiosamente, se ve bastante rubio. Sin duda, más de un inglés o francés debió ceder a los encantos de alguna vanuateña.

A pesar de haber sido una colonia franco-británica, solo el inglés ha sobrevivido como lengua hablada más o menos por todos, junto con el idioma local, el bislama, una especie de inglés mal escrito. Es muy divertido leerlo: nambawan es "number one",  nambatú  es "number two", y du yu spik? ya os lo imagináis.

Bueno, mor tumorrou.