Raiatea, Polinesia Francesa. Pocas veces me veréis escribiendo acerca de los hoteles de los lugares que visito. Esta vez, sin embargo, voy a hacer una excepción: el Opoa Beach de Raiatea.
Se trata de un conjunto de bungalows blanquiazules, con un cierto aire de East Coast, ubicados en el extremo sur de la isla sagrada, separados de todas partes. El lugar ofrece unas vistas al motu Île-des-oiseaux y Huahine al fondo inigualables.
Llegué cansado por la noche, y tras una cena en la terraza me metí en la cama pronto para poder madrugar al día siguiente. Al despertarme, a eso de las 5 de la mañana, fui a la orilla y me encontré con un firmamento ribeteado de millones de estrellas en el que destacaban las dos nubes de Magallanes. Después de hacer las fotos de rigor, me dejé llevar por la simple y llana admiración del Universo.
Se trata de un conjunto de bungalows blanquiazules, con un cierto aire de East Coast, ubicados en el extremo sur de la isla sagrada, separados de todas partes. El lugar ofrece unas vistas al motu Île-des-oiseaux y Huahine al fondo inigualables.
Llegué cansado por la noche, y tras una cena en la terraza me metí en la cama pronto para poder madrugar al día siguiente. Al despertarme, a eso de las 5 de la mañana, fui a la orilla y me encontré con un firmamento ribeteado de millones de estrellas en el que destacaban las dos nubes de Magallanes. Después de hacer las fotos de rigor, me dejé llevar por la simple y llana admiración del Universo.
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