
Y la mejor manera de moverse por un mar de islas es, obviamente, en barco. Destino: Las Cícladas.

Nuestra primera parada tiene lugar en Merichas, en la isla de Kythnos, a 100 km de Atenas. Pero acaba de atracar un enorme ferry y no podemos tomar tierra.

El capitán nos propone pasar la noche en la pequeña bahía de Fikiadha, frente a la playa de Kolona, un poco más arriba. ¡Gran elección!
Arriba en la colina se divisa una pequeña taberna. Allí cae nuestro primer ouzo, la bebida espiritosa griega por excelencia. Elaborada a partir de uva, anís, higos y pasas, el efecto del sabroso licor no tarda en hacerse notar.
La vista desde la taberna es espléndida -o será el ouzo que todo lo transforma... Es el atardecer y se respira una calma única. Frente a nosotros una pequeña península unida a tierra por una barra de arena y culminada con una ermita.



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