lunes, 11 de marzo de 2013

La península de Coromandel


Coromandel Town, North Island, Nueva Zelanda. La península de Coromandel es un ancho dedo de tierra que se extiende hacia el norte al este de Auckland. La verdad es que no pensaba encontrarme con algo tan pacífico y bonito cuando anoche decidí en Rotorua pasar mi penúltimo día aquí.

Amanece despejado una vez más. ¡Bien! En Rotorua pongo ruta hacia norte, pero antes quiero hacer una parada en el vecino lago de Rotoiti para intentar ver el zampullín maorí (Poliocephalus rufiopectus). He leído en internet que aquí es uno de los pocos lugares donde se avista el ave. Y efectivamente, al tercer intento veo uno cerca de la orilla. ¡Great!

Contento de sumar un endemismo más a mi lista de “bimbos”, ahora sí pongo comienzo mi ruta 
hacia la península de Coromandel. Comienzo por la costa este, hasta el complejo Tiura/Pauanui, un entresijo de bahías de aguas mansas que invitan a retirarse a vivir una temporada, lejos de los Bárcenas y los Berlusconis. 

Pero no, mi deber es seguir hacia arriba. Me acerco hasta Hahei, otra tentadora localidad para retirarse de este mundo, como probablemente lo ha hecho ya el individuo de la derecha de la foto

Finalmente decido dormir en Coromandel Town, una población de nuevo hecha al estilo película Western.

A la mañana siguiente amanece una vez más sin una nube (perfecto para mí, fatal para el país, que está padeciendo una terrible sequía sin precedentes). Le pregunto al señor del B&B sobre los highlights de la vecindad y me sugiere acercarme hasta la punta norte, en Port Jackson, a 50 km de aquí, en carretera no asfaltada. Un buen trayecto -pienso- espero que valga la pena.

Así que pongo rumbo norte, pasando por infinidad de bosques llenos de helechos-palmera y playas desiertas.





Por fin diviso Port Jackson, en la punta más meridional de la península, que se me aparece como una magnífica playa como por arte de magia, después de un tortuoso y polvoriento trayecto.



Por la tarde digo adiós a la península. Pongo rumbo hacia el sur, y luego remonto por la costa este de Auckland: se acerca el final del viaje. Mi última noche la paso en la pequeña localidad de Clevedon, pero antes habiendo visitado la Birding Coast, donde se concentran miles de aves migratorias procedentes del ártico.

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