La Habana, Cuba. La Catedral de San Cristóbal y su plaza resultan un buen lugar para dejarse caer a primera hora de la mañana, cuando todavía no ha llegado el gentío. Aquí un perro descansa frente a la Casa del Conde de Casa Bayona, la más antigua de la plaza, con sus tejas originales, balcones forjados y ventanas adornadas con celosías.
Al llegar los turistas, aparece también un conjunto de músicos frente a la casa, Los Mambises, para alegrar el lugar con sus sones. La última vez que estuve en la plaza fue en 2004. Tres años después, en 2007, los Mambises seguían allí, pero faltaba uno: al preguntar a su compañero me dijo que se había vuelto loco. Aparte de este triste suceso, en tres años nada había cambiado. Aquí están las fotos de 2004 (el del fondo a la derecha es el desdichado músico) y 2007:
La plaza también había ganado en vida. Varios personajes se habían "disfrazado" para hacerse la foto con los turistas y sacarse así algún dólar.
Es domingo de Ramos y la Catedral está a rebosar. Los niños acuden a la iglesia con sus padres para bendecir el palmón. El olor a palma remueve recuerdos de mi infancia.
Al llegar los turistas, aparece también un conjunto de músicos frente a la casa, Los Mambises, para alegrar el lugar con sus sones. La última vez que estuve en la plaza fue en 2004. Tres años después, en 2007, los Mambises seguían allí, pero faltaba uno: al preguntar a su compañero me dijo que se había vuelto loco. Aparte de este triste suceso, en tres años nada había cambiado. Aquí están las fotos de 2004 (el del fondo a la derecha es el desdichado músico) y 2007:
La plaza también había ganado en vida. Varios personajes se habían "disfrazado" para hacerse la foto con los turistas y sacarse así algún dólar.
Es domingo de Ramos y la Catedral está a rebosar. Los niños acuden a la iglesia con sus padres para bendecir el palmón. El olor a palma remueve recuerdos de mi infancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario