Solo verme con la cámara, las chicas comienzan a posar como si fuera un reportero del Vogue:
Ellos, en cambio, parecen tomárselo de otra forma:
La novia va acompañada de sus pajes, tres niñas como sacadas de un cuento de hadas y que me miran con cara extrañada:
No soy el único fotógrafo...
No sé si todas las bodas en Cabo Verde serán tan vistosas como ésta, pero desde luego el contraste de los trajes que lucen las damas de honor con su piel oscura es de una belleza insuperable.
Y es que como recita una canción local... Kabu Verdi, ka ten terra mas sabi ness mund (Cabo Verde, no hay tierra más feliz en este mundo)
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