Profesor Molchanov, Tierra de Francisco José, Rusia. Hoy nos despertamos frente la isla de Bell. Hace mucho viento y el cielo está encapotado. No podemos hacer nuestro landing. Horas más tarde probamos en Cape Flora, en la isla de Northbrook, pero la meteorología sigue pésima. El capitán decide comenzar nuestra vuelta a Svalbard. Quiere tener un día de reserva por si no encontramos con el mar helado. Miro por última vez esta tierra por la ventana de proa. Fuera, una familia de áraos corre por el hielo espantada por nuestra presencia.
El viaje de vuelta dura 48h. Dos días de mala mar y mal tiempo. Gran parte del pasaje está tomando pastillas anti mareo. En nuestra camarote, la cama se mueve como un columpio. El tamaño de las olas es impresionante y, de vez en cuando, diría que preocupante, sobretodo cuando notas que la proa se levanta para precipitarse seguidamente sobre el hielo: ¿y si en una de esas se parte la quilla?...
Finalmente, tras superar con éxito el temporal, divisamos la costa de Svalbard. El tiempo ha mejorado. El capitán decide entrar en el fiordo de Hornsund, al sur de la isla de Spitsbergen, y hacer una visita a la estación polaca de Nadano. Allí nos estaban esperando los científicos con café y cookies recién preparadas.
Después de un largo paseo por la zona, ponemos rumbo a Longyearbyen, nuestro punto de partida y de regreso. Al llegar a puerto nos despedimos de todos y nos felicitamos por lo privilegiados que hemos sido al ser el primer buque turístico que recorre y explora la Tierra de Francisco-José.
El viaje de vuelta dura 48h. Dos días de mala mar y mal tiempo. Gran parte del pasaje está tomando pastillas anti mareo. En nuestra camarote, la cama se mueve como un columpio. El tamaño de las olas es impresionante y, de vez en cuando, diría que preocupante, sobretodo cuando notas que la proa se levanta para precipitarse seguidamente sobre el hielo: ¿y si en una de esas se parte la quilla?...
Finalmente, tras superar con éxito el temporal, divisamos la costa de Svalbard. El tiempo ha mejorado. El capitán decide entrar en el fiordo de Hornsund, al sur de la isla de Spitsbergen, y hacer una visita a la estación polaca de Nadano. Allí nos estaban esperando los científicos con café y cookies recién preparadas.
Después de un largo paseo por la zona, ponemos rumbo a Longyearbyen, nuestro punto de partida y de regreso. Al llegar a puerto nos despedimos de todos y nos felicitamos por lo privilegiados que hemos sido al ser el primer buque turístico que recorre y explora la Tierra de Francisco-José.
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