Professor Molchanov, Svalbard, Noruega. Finalmente comienza nuestro periplo ártico a bordo del Profesor Molchanov, un antiguo buque científico ruso reconvertido en barco para expediciones polares. Se trata de un rompehielos de 65 m de largo, con capacidad para 50 pasajeros y 32 tripulantes. Conocemos a los que van a ser nuestros compañeros de viaje durante los próximos 10 días. En esta ocasión no se ha completado el pasaje y somos sólo 29. Mejor, más tranquilos. Gente curiosa: fotógrafos internacionales, escritores de libros, poetas, artistas, representantes de la industria del cine, naturalistas, y algún que otro turista raso. Mi hermano y yo somos los únicos españoles.
Sólo salir de la bahía de Longyearbyen, dirección S, nos encontramos con el primer campo de hielo o icefield como lo llamaban los entendidos. Se trata de agua ribeteada de témpanos planos hasta el infinito. Alrededor del barco nos escoltan patrullas de gaviotas y fulmares.
Nuestra primera parada se produce al cabo de 24 h de navegación, en la isla de Hopen, todavía en Svalbard (en el centro a la derecha, en el mapa)
Hopen es una pequeña isla alargada, de 33 km de largo por 2 km de ancho, situada al sureste de Svalbard. Sólo dos islas del archipiélago están pobladas: Spitsbergen, la isla principal, y Hopen. En Spitsbergen viven todos los habitantes del archipiélago menos 4, que son los que viven aquí, en Hopen. Son los 4 técnicos encargados de la estación meteorológica Norges Meteorologiske Institutt. Nos reciben con toda la humanidad que uno puede imaginar. Me imagino que están aburridos hasta la médula de explicarse entre sí las mismas historias y chistes. Estamos en 1995 y no hay ni iPods, ni iPads, ni iPhones...no ha i-Nada. Solo aparatos y osos. Aquí sí que se pasean todo el día con rifle.
También tienen un perro, un husky, más sólo que la una, el pobre. El barco que se ve en la foto es el nuestro, el Profesor Molchanov. La visita no da para mucho más. Nos esperan 36 h de navegación hasta nuestro destino, la Tierra de Francisco José, y no hay mucho tiempo que perder, así que zarpamos a las 19:30h.
Sólo salir de la bahía de Longyearbyen, dirección S, nos encontramos con el primer campo de hielo o icefield como lo llamaban los entendidos. Se trata de agua ribeteada de témpanos planos hasta el infinito. Alrededor del barco nos escoltan patrullas de gaviotas y fulmares.
Nuestra primera parada se produce al cabo de 24 h de navegación, en la isla de Hopen, todavía en Svalbard (en el centro a la derecha, en el mapa)
También tienen un perro, un husky, más sólo que la una, el pobre. El barco que se ve en la foto es el nuestro, el Profesor Molchanov. La visita no da para mucho más. Nos esperan 36 h de navegación hasta nuestro destino, la Tierra de Francisco José, y no hay mucho tiempo que perder, así que zarpamos a las 19:30h.
Que hermoso articulo Xavi, te felicito es increible conocer al menos de manera digital estos hermosos lugares y rincones del planeta.. Un abrazo a la distancia desde Costa Rica..
ResponderEliminarGracias Jonathan, comentarios como el tuyo animan a seguir escribiendo. Casi nadie dice nada en la red: todos miran y callan :-(
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