Hadibu, Socotra. Socotra es uno de esos escasos lugares que todavía permanecen intactos en este planeta. Se trata de una isla que políticamente pertenece a Yemen, pero que geográficamente es africana. Se encuentra frente a la costa de Somalia, en el Océano Indico, a 250 km del cuerno de Africa.
Socotra tiene el tamaño de Mallorca y una población de unos 42.000 habitantes. Consta de la isla principal, y tres islotes menores. Dado su aislamiento geológico del continente desde hace 30 millones de años, la vida en el archipiélago ha evolucionado a su aire. De ahí que haya sido apodada como las Galápagos del Indico. De las 825 especies de plantas presentes, 307 son endémicas. Se trata de un porcentaje muy elevado de especies, que los especialistas han calificado de altamente vulnerable. Desde 2008, la isla es Patrimonio Mundial Natural de la UNESCO.
Sin duda, una de las más curiosas y espectaculares de esas variedades vegetales es la dragonera de Socotra (Dracaena cinnabari). Se trata de un miembro de la familia de los dragos, ese curioso y ancestral árbol en forma de copa de paraguas, que puede alcanzar los 10 m de altura. Tuvimos ocasión de hablar de otros dragos anteriormente, cuando blogueamos por la Macaronesia.
Pero si la fauna y flora de la isla es apasionante, no lo es menos su historia. Dicen por aquí que el apóstol Tomás la visitó en el año 52 y la convirtió al cristianismo. En 1507, el portugués Tristao da Cunha visitó la isla y la anexó a Portugal. También desembarcó por aquí el jesuita san Francisco Javier, mi santo, camino de la India. En 1886 pasó a ser Protectorado Británico, y desde 1967 es parte del Yemen. Durante mucho tiempo estuvo cerrada al turismo, pero desde hace una década diversas compañías de viaje organizan estancias en la isla. Y también "organizan estancias" los piratas somalís, que recientemente la utilizan para repostar su flota.
Durante los próximos días os ilustraré mi estancia en este lugar, sin lugar, uno de los más extraños y fuera de este planeta de los que nunca he conocido. Así que, hasta pronto.
Socotra tiene el tamaño de Mallorca y una población de unos 42.000 habitantes. Consta de la isla principal, y tres islotes menores. Dado su aislamiento geológico del continente desde hace 30 millones de años, la vida en el archipiélago ha evolucionado a su aire. De ahí que haya sido apodada como las Galápagos del Indico. De las 825 especies de plantas presentes, 307 son endémicas. Se trata de un porcentaje muy elevado de especies, que los especialistas han calificado de altamente vulnerable. Desde 2008, la isla es Patrimonio Mundial Natural de la UNESCO.
Sin duda, una de las más curiosas y espectaculares de esas variedades vegetales es la dragonera de Socotra (Dracaena cinnabari). Se trata de un miembro de la familia de los dragos, ese curioso y ancestral árbol en forma de copa de paraguas, que puede alcanzar los 10 m de altura. Tuvimos ocasión de hablar de otros dragos anteriormente, cuando blogueamos por la Macaronesia.
Pero si la fauna y flora de la isla es apasionante, no lo es menos su historia. Dicen por aquí que el apóstol Tomás la visitó en el año 52 y la convirtió al cristianismo. En 1507, el portugués Tristao da Cunha visitó la isla y la anexó a Portugal. También desembarcó por aquí el jesuita san Francisco Javier, mi santo, camino de la India. En 1886 pasó a ser Protectorado Británico, y desde 1967 es parte del Yemen. Durante mucho tiempo estuvo cerrada al turismo, pero desde hace una década diversas compañías de viaje organizan estancias en la isla. Y también "organizan estancias" los piratas somalís, que recientemente la utilizan para repostar su flota.
Durante los próximos días os ilustraré mi estancia en este lugar, sin lugar, uno de los más extraños y fuera de este planeta de los que nunca he conocido. Así que, hasta pronto.
Desde Colombia envio saludos, me encanta esta publicación y en mi país hay islas como Malpelo que te invito a visitar.
ResponderEliminarMuchas gracias. Conozco Malpelo de nombre, pero nunca estuve allí. Quizás algún día.
EliminarSaludos.