Longyearbyen, Svalbard, Noruega. A medio camino entre el Cabo Norte (Noruega) y el Polo Norte, en pleno Océano Glacial Artico, se encuentra el archipiélago de Svalbard. Se trata de un grupo de islas con una superficie total algo menor que Irlanda, y con un par de miles de humanos, y otros tantos de osos polares.
Svalbard (o Spitsbergen como también se conoce al archipiélago por ser el nombre de la isla más grande), pertenece políticamente a Noruega. Se llega en avión desde Tromsø, la ciudad noruega con aeropuerto más septentrional del país.
A mi hermano y a mí, desde pequeño nos fascinaron los lugares remotos, especialmente las islas del ártico. Si Islandia ya era un lugar que había despertado mi interés ¿qué decir de esas islas perdidas y misteriosas mucho más al norte?
Fue el verano de 1995 cuando decidimos visitarlas. Habíamos identificado una compañía holandesa, Arcturus Expeditions, que organizaba una expedición a la Tierra de Francisco José, un archipiélago al norte de Siberia, a bordo de un rompehielos ruso. La expedición partía de Svalbard, por lo que nos plantamos allí unos días antes para visitar el lugar antes de zarpar. ¡No nos podíamos creer que finalmente íbamos a descubrir ese pedazo del mapa!
Así que buscamos una habitación para huéspedes en la pequeña localidad de Longyearbyen, la capital. Era agosto, pero a esas latitudes, incluso en verano, la temperatura ronda siempre alrededor de los 0 grados.
Svalbard (o Spitsbergen como también se conoce al archipiélago por ser el nombre de la isla más grande), pertenece políticamente a Noruega. Se llega en avión desde Tromsø, la ciudad noruega con aeropuerto más septentrional del país.
Fue el verano de 1995 cuando decidimos visitarlas. Habíamos identificado una compañía holandesa, Arcturus Expeditions, que organizaba una expedición a la Tierra de Francisco José, un archipiélago al norte de Siberia, a bordo de un rompehielos ruso. La expedición partía de Svalbard, por lo que nos plantamos allí unos días antes para visitar el lugar antes de zarpar. ¡No nos podíamos creer que finalmente íbamos a descubrir ese pedazo del mapa!
Así que buscamos una habitación para huéspedes en la pequeña localidad de Longyearbyen, la capital. Era agosto, pero a esas latitudes, incluso en verano, la temperatura ronda siempre alrededor de los 0 grados.
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