miércoles, 26 de junio de 2013

Bonifacio


Bonifacio, Córcega. "Llegamos a la desembocadura de un soberbio puerto, rodeado por ambos lados por una roca escarpada, y estas orillas elevadas, una frente a la otra, avanzan para formar la entrada..."

Es así como Ulises, en el capítulo X de la Odisea, describe el puerto de los Lestrigones en el cual su flota acaba de atracar, y que según los estudiosos correspondería a Bonifacio.
Encerrada en sus murallas, la villa de Bonifacio es un mundo aparte. Se trata de una ciudadela genovesa emplazada en un promontorio calizo, en el extremo sur de la isla de Córcega y frente a la isla italiana de Cerdeña. La visión desde el mar es sencillamente impresionante. A veces se la ha comparado a un barco labrado en la roca.

La ciudad fue fundada en 828 por Bonifacio, marqués de Toscana. Durante tres siglos el puerto fortificado permaneció bajo el dominio de Pisa viviendo de la pesca y la piratería. Más tarde fue colonia genovesa, luego república independiente (con moneda y senado propios), y finalmente, francesa en el siglo XVIII.



En la parte interior del golfo, en la marina de la ciudad, se encuentran los restaurantes y el bullicio. Desde aquí parten las excursiones en barco por la zona. Fuera de la época de verano el lugar está relativamente tranquilo. En verano es un infierno.


El casco antiguo se sitúa arriba, en el promontorio que se eleva sobre la ensenada que conforma el puerto. En torno a la catedral, las calles angostas repletas de tiendas de souvenirs están protegidas por sus casas altas y estrechas que, por el otro lado, dan abruptamente al acantilado.

Hacia el oeste del promontorio se encuentra la ciudadela fortificada, ocupada por la legión desde 1963. Desde allí se divisan unas vistas espectaculares del golfo y del estrecho de Bonifacio, con Cerdeña al fondo.


Pero sin lugar a dudas las mejores vistas las proporciona una salida en barco por la zona.


No tengo claro si me gustaría vivir en una de esas casas: un pequeño temblor de tierra y te vas directo al agua. Así que me he buscado un hotelito en las afueras, que, por cierto, os recomiendo con fervor. Se trata del U Capu Biancu, un 4 estrellas a 12 km de Bonifacio, en un enclave aislado y pacífico, al final de un tranquilo golfo. No es barato, pero de vez en cuando los autorregalos vienen de lo lindo.

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