La primera playa interesante que nos encontramos a la salida de Porto Vecchio, en el golfo de la ciudad, es la del Golfo di Sogno, donde existe un camping que dificulta la entrada. Si decidís pernoctar en ese camping, de nuevo, ojo con el verano pues está a tope de gente, niños y polvo. En cambio, en Septiembre, recuerdo una paz increíble...en 1989, claro.
Un poco más al norte, en una pequeña península, nos encontramos con tres playas que también merece la pena investigar: Benedettu, Cala Rossa y Saint Cyprian.
La playa Benedettu (la bendita) refleja muy bien su nombre...un lugar calmado y con encanto. Situada en la parte inferior de la península y protegida por un antiguo asentamiento romano, este un auténtico remanso de paz.
Siguiendo dirección norte, y ya a 9.5 km de Porto Vecchio se encuentra la playa Cala Rossa, la playa chic de la zona, mucho más visitada. Aquí el color del agua recuerda al de la Polinesia. Instalada entre bosques de pinos, con los picos de Baviella como marco de fondo, sin duda es un lugar muy bonito, pero el ambiente es un poco...pijo.
La última playa de esta península es la de San Cyprian, rodeada por el estanque Arasu y dominada por una torre genovesa. Arena blanca, agua turquesa y roca roja: toda una paleta de colores. Mirad qué aguas.
Más al norte nos encontramos con el tranquilo lugar de Pinarellu, donde me alojo en casa de unos amigos. Tras recorrer toda esta zona, creo que no hay pueblo más tranquilo y más auténtico donde pernoctar. Rodeado de playas de arena blanca, lagunas mansas, bosques de pinos, picos en forma de aguja en el horizonte, un puerto natural, chiringuitos en la arena, e iglesias donde los músicos corsos, como Arapà, dan conciertos por la noche, este lugar es insuperable.
Y finalmente, al norte de Pinarellu, la playa de Fautea, con su torre vigía genovesa erigida a finales del siglo XVI y parcialmente destruida por un incendio en 1650.
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