Tahiti, Polinesia Francesa. Moorea y Tahiti distan solo 17 km entre sí, un pelo más que Africa de España. El canal que las separa, sin embargo, tiene más de 2.000 m de profundidad. Debe haber pocos lugares en el mundo donde en una distancia tan corta se abra una brecha tan honda.
Tres navíos, el Aremiti Ferry (55 min), el Aremiti 5 (30 min) y el Terevau (30 min), conectan de una forma continua las dos islas, de manera que los tahitianos se trasladan de una a otra como quien coge el metro.
Tres navíos, el Aremiti Ferry (55 min), el Aremiti 5 (30 min) y el Terevau (30 min), conectan de una forma continua las dos islas, de manera que los tahitianos se trasladan de una a otra como quien coge el metro.
En el muelle de Moorea, mientras espero al Aremiti 5, veo llegar y zarpar el Terevau, con su característico color rojo, en menos de 30 minutos.
Un poco más tarde, a las 15:20 llega el Aremiti 5, cargado de pasajeros que han finalizado su semana laboral en Papeete y vuelven a sus hogares en Moorea.
Un poco más tarde, a las 15:20 llega el Aremiti 5, cargado de pasajeros que han finalizado su semana laboral en Papeete y vuelven a sus hogares en Moorea.
Realmente el ajetreo de ferries que van y vienen por este canal es impresionante.
También se puede hacer en avión, que tarda 7 minutos, pero casi todos prefieren el ferry por su practicidad: sin esperas y desde Papeete directamente, no desde el aeropuerto de Faa'a. Realmente, no entiendo muy bien la existencia de ese vuelo.
Al llegar a Papeete, el sol ha comenzado a bajar y los edificios se tiñen de esa luz tan bonita de los atardeceres del Pacífico.
Una vez en Tahiti, el perfil de Moorea al atardecer es sobrecogedor. A esa hora, muchos jóvenes salen a practicar su deporte favorito, el remo (va'a).
Las últimas luces dan el toque final fotográfico del día.
También se puede hacer en avión, que tarda 7 minutos, pero casi todos prefieren el ferry por su practicidad: sin esperas y desde Papeete directamente, no desde el aeropuerto de Faa'a. Realmente, no entiendo muy bien la existencia de ese vuelo.
Al llegar a Papeete, el sol ha comenzado a bajar y los edificios se tiñen de esa luz tan bonita de los atardeceres del Pacífico.
Una vez en Tahiti, el perfil de Moorea al atardecer es sobrecogedor. A esa hora, muchos jóvenes salen a practicar su deporte favorito, el remo (va'a).
Las últimas luces dan el toque final fotográfico del día.
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