Heiva i Bora Bora: mejor pareja de baile, entrega de premios y final de fiestas

Vaitapé, Bora Bora, Polinesia Francesa. Anoche fue la última del concurso de cantos y bailes del Heiva i Bora Bora 2013. En esta ocasión se disputaba la mejor pareja de baile.

En la segunda parte se procedió a anunciar los veredictos del jurado para cada una de las 10 modalidades, y, finalmente, a la entrega de premios.

Llego a la plaza Moto'i justo después de la puesta de sol. Todo está preparado para la última noche de este Heiva. Hay trofeos para dar y vender:

Al llegar, como de costumbre, voy a cenar un pescadito en una de las baraques. Me encanta la decoración exquisita de estas cabañas tradicionales, y hoy es mi última noche en Bora, así que sin dudarlo un minuto me pido un mahi-mahi grillé.


Una vez en la plaza Moto'i, van actuando sucesivamente las parejas concursantes. La plaza está a rebosar de público local. Todos han venido a apoyar a sus favoritos.






Al acabar, los integrantes de todos los grupos se han sentado en la arena de la plaza. Yo me coloco al lado del equipo de Faanui, como si fuera uno más de sus miembros. Este lugar es increíble: con un poco de morro y buena educación uno se mete donde quiere. Así que aquí estoy, con los de Faanui, esperando los veredictos del jurado.

Y comienzan a llover los resultados y las entregas de trofeos:



Los grupos van acumulando sus respectivos trofeos en la arena.

Todo el mundo está nervioso, con los 5 sentidos puestos en la persona que anuncia los resultados y esperando estar entre los mejor clasificados:

Hace bastante viento, y las 3 misses, que normalmente van algo ligeras de ropa, están muertas de frío:
Y por fin el premio más buscado, el más deseado: el del mejor grupo de baile (otéa). El vencedor figurará como campeón global y representará a Bora Bora en el próximo Heiva Raromatai, el festival entre las islas Sous-le-Vent que en esta ocasión se celebrará aquí, en Bora Bora, este próximo día 20.

Y el grupo ganador del Heiva i Bora Bora 2013 es....
¡¡¡Amanahuné!!!!

Al acabar, en la plaza afloran los nervios contenidos y los miembros del grupo sucumben en un emocionamiento colectivo, contagioso, irresistible. Tanto esfuerzo, tanto ensayo, tanto arte...y es que para el Polinesio ganar un Heiva es de lo mejor que le puede ocurrir en la vida.