Cumberland Bay, Saint Vincent. Como si de un milagro se tratara, mi cámara de fotos ha decidido hoy finalizar la huelga y vuelve a funcionar perfectamente. Por fin puedo volver a mi tarea preferida.
Llevamos 10 días navegando por las aguas de las Antillas menores. Hoy, en nuestro camino de vuelta, fondeamos en Cumberland Bay, nuestro segunda visita a la isla de San Vicente.
Llevamos 10 días navegando por las aguas de las Antillas menores. Hoy, en nuestro camino de vuelta, fondeamos en Cumberland Bay, nuestro segunda visita a la isla de San Vicente.
Poco después de nuestra llegada a la bahía acude un lugareño, Joseph, en su bote para ofrecernos pescado fresco. Carmen, nuestra cocinera sanvincetina, le compra un par de pescados para la cena.
Cumberland Bay, situada en la costa oeste de San Vicente, es un lugar apacible y calmado, ideal para pernoctar. Al llegar, unos delfines nos dan la bienvenida. Son las 4 de la tarde. Nos pegamos un baño y nos pican las medusas. Comienza el atardecer y unas garcillas bueyeras blancas como la nieve acuden en manada a su dormidero, en medio de la vegetación profunda y verde. Una vez posadas, parecen bolas de algodón en un árbol de Navidad. En la orilla hay una casa blanca destartalada en la que se lee "Stephens's Hideout Beach Bar", un buen lugar para tomar una piña colada esta noche, acompañados del cálido sonido de los steel-drums.
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