Fort-de-France, Martinique. Después de un día entero sin conducir debo seguir mi ruta hasta la capital Fort-de-France, punto final de este periplo antillero.
Siguiendo por la costa sur llego a un lugar de nombre Diamant, denominado así por el islote en forma de piedra preciosa que emerge del mar frente a sus playas. La isla, le Rocher du Diamant, está ubicada en un lugar estratégico para la navegación entre Martinica y Santa Lucía, por lo que tiene su historia particular.
Siguiendo por la costa sur llego a un lugar de nombre Diamant, denominado así por el islote en forma de piedra preciosa que emerge del mar frente a sus playas. La isla, le Rocher du Diamant, está ubicada en un lugar estratégico para la navegación entre Martinica y Santa Lucía, por lo que tiene su historia particular.
En 1804 y durante 17 meses, una guarnición de 107 ingleses se hicieron fuertes frente a los franceses, elevando la isla a la categoría de "buque de guerra" con el nombre de HMS Diamond Rock. La fortificaron, colocaron 5 cañones y hasta convirtieron una gruta en hospital. Vivían en cuevas y se alimentaban de cabras y gallinas que habían dispersado por la roca. De vez en cuando llegaban provisiones de Santa Lucía vía marítima. Desde allí acosaban los barcos franceses que se dirigían a Port-de-France.
Harto de esta historia, en 1805 Napoleón mandó un ejercito de 16 barcos para retomar la roca. La rodearon e impidieron que llegaran provisiones. Al cabo de dos semanas decidieron desembarcar. Los ingleses se quedaron sin munición y sin agua porque un terremoto había roto las cisternas. Tres días después se rendían. Habían perdido sólo 2 hombres, frente a los 50 en el bando francés. Los prisioneros fueron repatriados a Barbados.
Una versión más legendaria dice que los franceses habrían dejado ir a la deriva toneles de ron desde la playa, toneles que cuando llegaron al Diamond Rock fueron rápidamente devorados por los ingleses dejándolos en un estado tan deplorable que los galos tomaron el lugar en un plis-plás.
Cosa curiosa, la Royal Navy considera hoy al HMS Diamond Rock todavía en servicio (!) por lo que los buques británicos deben mostrar sus honores cuando se acercan y su personal saludar firme desde el puente. Cosas de los ingleses.
Una versión más legendaria dice que los franceses habrían dejado ir a la deriva toneles de ron desde la playa, toneles que cuando llegaron al Diamond Rock fueron rápidamente devorados por los ingleses dejándolos en un estado tan deplorable que los galos tomaron el lugar en un plis-plás.
Cosa curiosa, la Royal Navy considera hoy al HMS Diamond Rock todavía en servicio (!) por lo que los buques británicos deben mostrar sus honores cuando se acercan y su personal saludar firme desde el puente. Cosas de los ingleses.
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