Isla Jamesby, Tobago Cays, Grenadines, Saint Vincent. La mayor parte de las Antillas no muestran esas aguas azul-turquesa frente a una playa pristina de arena blanca que todos tenemos en la cabeza. No. Son islas con vegetación muy densa, repletas de casas, y con unas playas ciertamente espectaculares, pero cuyas aguas enseguida ganan profundidad, lo que las impregna de un color azul oscuro uniforme sin apenas tonalidades.
Pero aquí, en las Tobago Cays, el panorama cambia radicalmente. De repente, en ese pequeño grupo de 5 islotes deshabitados, 11 millas al sur de Mustique, aparecen los deseados colores. Peter, el capitán del Passat, decide fondear en Jamesby. Al llegar hay algún que otro yate en la zona, pero se van al atardecer. Nos quedamos solos, en este enclave maravilloso.
Pero eso fue en agosto de 2000. Según Wikipedia, parece ser que el ambiente ha cambiado sensiblemente desde entonces. Leo aterrorizado que hoy en día los Tobago Cays se ven invadidos diariamente por una hordada de yates millonarios, charters del día provenientes de los hoteles de las vecinas Mayreau y Union, submarinistas, pescadores, "boat boys", vamos, de una turistada considerable, ávida de disfrutar de las maravillas de ese pequeño rincón. Hasta 3.000 yates fondean cada año en estas aguas.
Pero aquí, en las Tobago Cays, el panorama cambia radicalmente. De repente, en ese pequeño grupo de 5 islotes deshabitados, 11 millas al sur de Mustique, aparecen los deseados colores. Peter, el capitán del Passat, decide fondear en Jamesby. Al llegar hay algún que otro yate en la zona, pero se van al atardecer. Nos quedamos solos, en este enclave maravilloso.
Pero eso fue en agosto de 2000. Según Wikipedia, parece ser que el ambiente ha cambiado sensiblemente desde entonces. Leo aterrorizado que hoy en día los Tobago Cays se ven invadidos diariamente por una hordada de yates millonarios, charters del día provenientes de los hoteles de las vecinas Mayreau y Union, submarinistas, pescadores, "boat boys", vamos, de una turistada considerable, ávida de disfrutar de las maravillas de ese pequeño rincón. Hasta 3.000 yates fondean cada año en estas aguas.
Si en 12 años el lugar ha cambiado tanto, ¿qué va a pasar en los próximos 12, o 25, o 50? ¿realmente vamos a dejar algún lugar virgen a nuestros hijos y nietos? ¿qué ocurrirá cuando los chinos, que son muchos, quieran conocer lugares como Tobago Cays? Desde luego están en su pleno derecho. Sin embargo ¿cómo van a soportar esa enorme presión estos parajes? Son preguntas que me atormentan, y para las cuales solo tengo respuestas negativas. Realmente, me doy cuenta que nuestra generación ha disfrutado la mejor época de la historia de la humanidad para conocer lugares como éste: anteriormente, en la época de nuestros padres, era demasiado caro o arriesgado, y más tarde, ya no existirán. Hay que aprovechar este presente tan excepcional, mientras podamos.
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